EL CAMINO HACIA EL CEMENTERIO
Suponemos que la procesión funeraria siguió una vía paralela a la línea marítima que le permitió llegar hasta la zona portuaria, donde las calles de servicio y las hileras de almacenes del puerto facilitaban la discreción oportuna hasta llegar a la vía del Francolí y en la finca escogida para el entierro. Un recorrido aproximativo por las actuales calles de Tarragona nos llevaría a salir del anfiteatro, bajar por el vial William J. Bryant en dirección a la estación de ferrocarriles y tomar la calle Real para subir la avenida Vidal y Barraquer hasta la zona del cementerio paleocristiano.
«Al caer la noche corrieron hacia el anfiteatro, llevando vino para apagar los cuerpos todavía medio quemados. Hecho eso reunieron las cenizas y todos recogieron tantas como pudieron» (Passio Fructuosi, 6)