ENCUENTRO DE NIÑOS MAYORES DE LOS ARCIPRESTAZGOS DE TARRAGONA CENTRO Y PERIFERIA

ENCUENTRO DE NIÑOS MAYORES DE LOS ARCIPRESTAZGOS DE TARRAGONA CENTRO Y PERIFERIA

El sábado 12 de abril, bajo el lema: Año Jubilar, nuestras raíces cristianas: San Pablo y San Fructuoso, San Augurio y San Eulogio, los niños y niñas de catequesis de Niños Mayores de las parroquias de los Arciprestazgos de Tarragona centro y periferia, junto con sus catequistas y sacerdotes celebraron el Año Jubilar.

Empezó con la salida hacia el Seminario, con las visita al Claustro y a la capilla de San Pablo, recibimos la Vienvenida de Elena Blasco, catequista de San Pablo y Mn. Joan Anton Cedó nos contó quien era San Pablo con la ayuda de la lectura de unos versos de su carta a los Romanos, donde nos dice: » siento desde hace muchos años un fuerte deseo de venir a encontraros, cosa que pienso hacer cuando vaya a Hispània». Comprendimos que al igual que San Pablo, apóstol los obispos también son sucesores de los apóstoles y supimos que en el Sacramento del Orden hay tres grados: diáconos, sacerdotes y obispos.

Al momento de repartir las Actas de nuestros mártires designamos siete grupos que trabajaríamos fijándonos en la importancia del espacio físico, los personajes, como y qué sucede …

A las 11 h participamos en la Eucaristía, junto con otros grupos de parroquias, que como nosotros querían recibir el jubileo.
Después, en la Plaza del Rey Mn. Jordi Figueras, rector de San Joan nos explicó cuál era el edificio que teníamos al lado, el Pretorio, y su historia. Leimos las Actas, sólo hasta la llegada de los mártires al Anfiteatro. Como estaban un poco desfallecidos, las catequistas y sacerdotes nos obsequiamos con un buen trozo de coca y chocolate, fue una muy buena idea, sí …

Llegamos al Anfiteatro y leímos las actas que corresponden ya a la muerte de los mártires. Los niños y niñas expusieron el trabajo que habían hecho por grupos y entendimos todos juntos que nuestros mártires fueron testigos fieles del amor de Jesús en toda la Iglesia, desde Oriente hasta Occidente.
Después de leer la oración del Año Jubilar llega el momento de despedirnos con el canto del adioses.