CONJUNTO MONUMENTAL DE CENTCELLES
Este conjunto formado por los restos de una villa romana (siglos II aC – lV dC) se encuentra ubicado en la población de Constantí, a unos 8 kilómetros de Tarragona y al lado del río Francolí (antiguo Tulcis). A mediados de siglo IV la villa experimentó una serie de reformas. Así, se construyó una gran sala de planta centrada rematada en cúpula y decorada con un fastuoso mosaico. Entre las diferentes escenas que aparecen (cacería, figuraciones de las estaciones, personajes entronizados …) destacan escenas bíblicas (Adam y Eva, Jonás, los tres hebreos en Babilónia, el profeta Daniel, el Buen Pastor, la resurrección de Lázaro …) con uno claro significado escatológico y salvífico. Es uno de los testigos más impresionantes del arte paleocristiano en el mundo romano. Aunque desconocemos la titularidad y la funcionalidad del edificio, algunos autores señalan un uso funerario a la manera de un gran mausoleo, y otros lo consideran un ámbito profano a la manera de una gran sala de recepción de invitados. En cualquier caso, el propietario del edificio fue un gran terrateniente cristiano. Este conjunto evidencia que la Iglesia de Tárraco sobrevivió a la persecución de Valeriano, se introdujo en todas las clases sociales y, de acuerdo con las vicisitudes históricas del Imperio, acabó jugando un papel primordial en la definitiva cristianización del territorio, en la dinamización pastoral de la provincia Tarraconense y en la influencia a que ejerció sobre la vida social y política.
«O ¡ mártires bienaventurados, probados al fuego como el oro precioso, vestidos con la coraza de la fe y el yelmo de la salud!, que han sido coronados con diadema y corona immarcescible puesto que pisaron a la cabeza del diablo. O mártires bienaventurados, que han obtenido en el cielo un lugar glorioso, derechos a la derecha de Cristo, bendiciendo Dios Padre todopoderoso y Jesucristo, su Hijo, y el Espíritu Santo. Amén» (Passio Fructuosi, 7).