LAS LEGIONES ROMANAS TOMAN TARRAGONA DURANTE UN DOMINGO DEL AÑO JUBILAR
Parecía como si se hubiera dado un salto en el tiempo y en lugar de Tarragona, la ciudad se hubiera convertido nuevamente en Tarraco. El rítmico sonido de los tambores y de los pasos disciplinados de los armados recordaba los ya lejanos días cuando por sus calles desfilaban los soldados de la invencible Roma. El día 6 de abril cuatro grupos de “armados” procedentes de Gerona, Mataró, Montblanc y Torredembarra se reunieron en Tarragona para rendir homenaje a los “armados” de la Real y Venerable Congregación de Nuestro Señor Jesucristo con motivo del 250º aniversario de su fundación, coincidente con el Año Jubilar.
Unos 350 legionarios por un día desfilaron por las calles de la Tarragona antigua y moderna en medio de una gran expectación. Salieron del Portal del Roser y siguieron por la Rambla Vieja, calle de san Agustí, Rambla Nueva, calle del Asalto, Vía del Imperio romano hasta los jardines del Campo de Marte. Con el fondo de las murallas romanas, la plaza del mencionado ámbito —situado delante del auditorio— lucía a primera hora de la tarde como si hubiera sido bañada en oro. Las bien pulidas corazas reflejaban la luz de un sol bien brillante y, junto a las notas de color de los penachos de las cimeras y de las capas, cuando los “legionaros” formaron para escuchar los parlamentos de las autoridades civiles y eclesiásticas y de los representantes de las diferentes Asociaciones de Semana Santa, encabezadas por el Señor Arzobispo; por el prefecto de la Sangre, Mn. Miquel Barbarà; y por la Sra. Begonya Floria, concejal de Comunicación, quien ostentaba la representación del Sr. Alcalde de Tarragona.
Empezó el turno de palabras el subprefecto de la Sangre Sr. Josep Maria Fortuny, el cual remarcó lo que tenía el Encuentro de reencuentro «con las propias raíces». Acto seguido fueron entregados recuerdos conmemorativos de la festividad a los jefes de los cinco grupos ds´armats presentes.
A continuación fue el Señor Arzobispo quien intervino con una emotiva reflexión sobre el Año Jubilar y la figura muy actual de los santos mártires Fructuoso, obispo, y Augurio y Eulogio, diáconos. También tuvo un recuerdo para el papel de los soldados romanos en aquellos hechos, gracias a uno de los cuales nos han llegado las Actas del martirio y una bonita profesión de fe, que el prelado enlazó con las que formularon otros militares del Imperio ante el mismo Jesucristo, así como el testimonio que dieron otros en los primeros tiempos del Cristianismo.
Después, el Señor Arzobispo presidió la plegaria con motivo del Año Jubilar e impartió la bendición a todos los presentes y a sus familias.
Cerró el acto la Sra. Floria, en nombre del Ayuntamiento de Tarragona, con unas palabras de gratitud, de recuerdo y de aliento a los Armados de la Sangre por su tarea iniciada en 1758.
La jornada se cerró con el marcial desfile final de los “armados” los cuales, posteriormente, se reunieron en una comida de hermandad en las instalaciones del Colegio La Salle.