PELEGRINS DEL PRINCIPAT D’ANDORRA PRENEN PART EN L’ANY JUBILAR DE SANT FRUCTUÓS

PELEGRINS DEL PRINCIPAT D’ANDORRA PRENEN PART EN L’ANY JUBILAR DE SANT FRUCTUÓS

Ni el mal tiempo, al cual ya están bien avezados los habitantes de los Valles de Andorra, hizo dar media vuelta a medio centenar de peregrinos llegados, el miércoles 29 de octubre, del Principado. Su jornada arrancó a las 10.30 de la mañana, cuando visitaron la capilla de san Pablo, en el Seminario. A las 11, asistieron a la Misa Jubilar en la Catedral de Tarragona, presidida por Mons. Jaume Pujol,arzobispo de Tarragona y concelebrada, conjuntamente, con los rectores de las parroquias presentes en el acto. Al acabar la ceremonia, y de la mano de Andreu Muñoz, director del Museo Bíblico, los andorranos se introdujeron en la historia de la capilla de san Fructuoso, el primer obispo conocido de Tarragona y en recuerdo del 1750 aniversario del martirio que sufrió, junto con sus dos diáconos, Augurio y Eulogio, se celebra el actual Año Jubilar.
Por la tarde, y después de un almuerzo en familia en las instalaciones del Seminario, tenían previsto desplazarse hasta Centcelles para conocer el Conjunto Funerario Monumental. Los peregrinos andorranos coincidieron, en su vista, con 20 miembros de Acción Católica General los cuales también realizaban su particular jornada jubilar. Además, Tarragona recibió, también, la visita, un día después del primero, de otro grupo de 100 escolares del Colegio El Pinar, de Sant Cugat, los cuales asistieron a la Misa Jubilar que se celebró a las 12 del mediodía y que también presidió el Sr. Arzobispo.

100 ESCOLARES PARTICIPAN EN EL AÑO JUBILAR DE SAN FRUCTUOSO, SAN AUGURIO Y SAN EULOGIO

100 ESCOLARES PARTICIPAN EN EL AÑO JUBILAR DE SAN FRUCTUOSO, SAN AUGURIO Y SAN EULOGIO

100 escolares del Colegio El Pinar, de Sant Cugat del Vallès, acompañados por profesores y monjas, participaron, el martes 28 de octubre, en el Año Jubilar de san Fructuoso, obispo, y san Augurio y san Eulogio, diáconos. Los escolares asistieron a la Misa Jubilar de las 11 de la mañana, en la capilla de Santa Tecla, de la Catedral de Tarragona, y que presidió Mósén Francesc Gallart, decano del Capítulo de la Catedral. Al acabar la ceremonia, se desplazaron hasta el pretorio y el anfiteatro, escenario, este último, ahora hace 1750 años, del martirio de los tres santos tarraconenses.

 

EL RITO HISPANOMOZÁRABE VUELVE A HACERSE PRESENTE EN TARRAGONA

EL RITO HISPANOMOZÁRABE VUELVE A HACERSE PRESENTE EN TARRAGONA

Una ocasión histórica la que se vivió en la Catedral de Tarragona el jueves 30 de octubre con motivo de la celebración de una misa martirial según el rito hispanomozárabe, presidida por el Señor Arzobispo.

Las personas que se reunieron en la seo tarraconense siguieron con toda unción un acto litúrgico que los ponía en contacto con el esencial de la eucaristía. El silencio, punteado por los antiguos cantos, se hizo presente reforzando los aspectos mistéricos de una celebración cautivadora donde se remarcaba la importancia del ministerio diaconal. La lectura de un fragmento de las Actas del martirio como parte de la liturgia de la Palabra añadió emotividad a la bellísima celebración.

La homilía del Señor Arzobispo incidió en la figura de nuestros Santos Martires, en honor de los cuales se celebra el Año Jubilar, y en su vigencia. También tuvo palabras de consuelo para los heridos en el atentado terrorista contra la Universidad de Navarra, donde él ejerció la docencia durante treinta años, función que tuvo que dejar para hacerse cargo de la sede de San Fructuoso.

La emoción de una liturgia narrativa, de gran intensidad dramática y claramente inteligible, se hizo evidente en muchos momentos, hasta el punto de hacer aflorar una lágrima a los ojos de más de una persona. El momento de recibir la comunión, con la fórmula «que el Cuerpo de Cristo sea tu salvación», fue para muchos todo un descubrimiento que llenaba de significado un acto que demasiado a menudo tiene algo de mecánico.

La solemne función litúrgica, donde los diáconos ejercían la función de los ángeles como mensajeros entre la Divinidad y el pueblo, contó con la presencia de numerosos sacerdotes, entre los cuales se encontraban Mn. Miquel Barbarà, vicario general de la Archidiócesis, y Mn. Rafael Serra, delegado diocesano de Liturgia. El P. Juan Miguel Ferrer Grenesche, vicario general de la Archidiócesis de Toledo —que el día antes había pronunciado una magnífica conferencia sobre el rito hispanomozárabe—, actuó como maestro de cerimonias en una eucaristía que nos transportó a los días en los cuales san Fructuoso, obispo, celebraba la misa, asistido por San Augurio y San Eulogio, diáconos.

Al salir de la Catedral las personas que habían participado en la celebración lo hacían con una sensación de paz y serenidad, conscientes de que habían asistido a un momento muy importante del Año Jubilar.

INTERESANTE CONFERENCIA DEL P. JUAN MIGUEL FERRER SOBRE EL RITO HISPANOMOZÁRABE

INTERESANTE CONFERENCIA DEL P. JUAN MIGUEL FERRER SOBRE EL RITO HISPANOMOZÁRABE

Pese a un anochecer desapacible, un buen número de personas se reunieron el día 29 de octubre la iglesia de San Antonio de Padua (antiguos «Padres Capuchinos»), para escuchar al P. Juan Miguel Ferrer Grenesche, vicario general de la Archidiócesis de Toledo, quien pronunció una interesante y amena conferencia explicando en qué consiste el rito hispanomozárabe, según el cual, con motivo del Año Jubilar y al día siguiente, debía debía celebrarse una misa en la Catedral. Entre los asistentes había Mons. Jaume Pujol, arzobispo metropolitano de Tarragona y primado, y Mn. Miquel Barbarà, vicario general de la Archidiócesis, además de numerosos presbíteros.

Con una palabra cálida y expresiva, y una dicción perfecta, el P. Ferrer recordó que la liturgia hispanomozárabe es la heredera directa de la liturgia de los primeros tiempos del cristianismo, de la que Tarragona fue un centro muy importante, con una acreditada tradición litúrgico-musical. Recordó también que el Oracional visigótico de Tarragona, que se conserva actualmente en Verona, es uno de los códices litúrgico-musicales más antiguos, fechado a principios del siglo VIII y copiado poco antes de la llegada de los invasores sarracenos, la cual provocó la huida del arzobispo san Próspero, quien se llevó a Italia dicho Oracional y las reliquias de san Fructuoso, obispo, y san Augurio y san Eulogio, diáconos.

En el transcurso de su atractiva exposición el conferenciante repasó la trayectoria de la liturgia en la península ibérica durante el primer milenio y tuvo un recuerdo para quienes, en medio de las más grandes tribulaciones —como las persecuciones del siglo IX— supieron

SALIDA PROGRAMADA DE INTERNOS DEL CENTRO PENITENCIARIO DE TARRAGONA

SALIDA PROGRAMADA DE INTERNOS DEL CENTRO PENITENCIARIO DE TARRAGONA

Salida programada de internos del Centro Penitenciario de Tarragona con motivo del Año Jubilar de San Fructuoso acompañados por el Voluntariado de Pastoral Penitenciaria el pasado 11 de octubre. Visitarón la capilla románica de San Pablo,en el Seminario de Tarragona y después la capilla de San Fructuoso.

Asistieron a la misa jubilar que se celebra diariamente en la catedral de Tarragona y la posterior lectura del acta del martirio de San Fructuoso, obispo , y Augurio y Eulogio diáconos, en el anfiteatro romano, lugar del martirio de los Santos hace ahora 1750 años.
La salida programada se cerró con una comida y el saludo a los internos por parte del arzobispo de Tarragona, Mons. Jaume Pujol.

MÁS DE 200 PEREGRINOS PARTICIPAN EN UN DOMINGO JUBILAR MARCADO POR EL BUEN TIEMPO

MÁS DE 200 PEREGRINOS PARTICIPAN EN UN DOMINGO JUBILAR MARCADO POR EL BUEN TIEMPO

El buen tiempo que se ha vivido estos días en Tarragona ha ayudado a que la presencia constante de peregrinos, venidos de toda Catalunya y del resto del Estado para participar en la celebración del Año Jubilar de san Fructuoso, vaya en aumento y no se detenga, fin de semana tras fin de semana.
El domingo 26 de octubre fueron más de 200 peregrinos los que llegaron a Tarragona dispuestos a recoger el testimonio de Fructuoso, obispo, y Augurio y Eulogio, diáconos. De la provincia de Barcelona llegaron 3 grupos: 50 peregrinos que fueron antiguos alumnos de los Salesianos de Sarrià; 54 feligreses del archiprestazgo de san Sadurní de Anoia y 35 de la parroquia de san Pere de les Puel·les. La jornada jubilar de estos tres grupos fue parecida e incluyó la visita a la capilla de san Pau y la capilla Mayor del Seminario; la asistencia a la Misa Jubilar, a las 11,en la Catedral, y presidida por Mons. Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona – excepto el archiprestazgo de san Sadurní de Anoia, que asistió a la Misa de la tarde en la Catedral- ; y la visita al Pretorio y al Anfiteatro, escenario, este último, ahora hace 1750 años, del martirio de Fructuoso, Augurio y Eulogio.
A estos tres grupos cabe añadir los 23 peregrinos de Nuestra Señora de Lourdes, los 33 de la parroquia de Riudecanyes y los 32 venidos a título personal. Todos ellos disfrutaron de una excelente jornada jubilar.

MÁS DE MEDIO MILLAR DE PEREGRINOS PARTICIPAN EN EL AÑO JUBILAR DE SAN FRUCTUOSO

MÁS DE MEDIO MILLAR DE PEREGRINOS PARTICIPAN EN EL AÑO JUBILAR DE SAN FRUCTUOSO

La Catedral de Tarragona presentaba un aspecto magnífico el sábado 25 de octubre, a las 11 de la mañana. Un mar de pañuelos azules, verdes y rojos llenaban la nave central de la Catedral y los bancos de los laterales. Un total de 560 peregrinos, llegados en 6 grupos diferentes, asistieron a la Misa Jubilar que presidió Mons. Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona, y concelebró con Mons. Jaume Traserra, obispo de Solsona, y Mosén Miquel Barbarà, vicario general del arzobispado de Tarragona. La Misa fue el punto de encuentro de todos aquellos que habían venido de toda Catalunya dispuestos a recoger el testimonio de Fructuoso, Augurio y Eulogio, pero la jornada jubilar del más de medio millar de peregrinos, no se detuvo aquí.
202 feligreses del archiprestazgo del Prat de Llobregat no sólo asistieron a la Misa sino que, previamente, habían hecho un recorrido por la Catedral, dedicando especial atención a la Capilla de san Fructuoso, y, al finalizar la ceremonia, se desplazaron hasta el Pretorio y el Anfiteatro, escenario, este último, del martirio que ahora hace 1750 años vivieron el primer obispo conocido de Tarragona, Fructuoso, y sus dos diáconos, Augurio y Eulogio. Pusieron punto y final a su jornada jubilar con un almuerzo en familia en las instalaciones del Seminario.
Por su parte, Mons. Treserra se puso al frente de una delegación de 128 peregrinos del Obispado de Solsona. El grupo visitó las capillas de san Pau y la Mayor del Seminario; y el Pretorio y el
Anfiteatro, acompañados por Mons. Jaume Pujol. Por la tarde, y tras almorzar, asistieron a una charla en la capilla Mayor del Seminario que contó con Mosén Norbert Miracle, delegado de enseñanza del arzobispado de Tarragona.
Otro grupo muy numeroso, y el más madrugador, fue el formado por los 108 miembros de la
Asociación Cultural San Fructuoso. Los de ASCSF no sólo hicieron el recorrido habitual, sino que al acabar la Misa Jubilar se desplazaron hasta la Necrópolis y, por la tarde, tras almorzar, hasta el Conjunto Funerario Monumental de Centcelles. El resto de grupos – la Cofradía del Cristo del Buen Amor, 25 peregrinos; Ex – alumnos Carmelitas Misioneras Teresianas, 45 peregrinos; y la Parroquia de san Pere de Nolasc, 52 peregrinos- realizaron el habitual recorrido jubilar, incluyendo una visita al Museo Diocesano por parte del medio centenar de feligreses de la parroquia de san Pere de Nolasc.

CERCA DE UN CENTENAR DE PEREGRINOS EN UNA JORNADA JUBILAR PASADA POR AGUA

CERCA DE UN CENTENAR DE PEREGRINOS EN UNA JORNADA JUBILAR PASADA POR AGUA

Ni la lluvia que hizo acto de presencia el jueves, 23 de octubre, pudo con las ganas de los peregrinos de recoger el testimonio que, con su martirio, dejaron, ahora hace 1750 años, el primer obispo conocido de Tarragona, Fructuoso, y sus dos diáconos, Augurio y Eulogio.
De Camprodon, Girona, llegaron 50 peregrinos con una agenda muy completa. A las 10.30, visitaron la capilla de san Fructuoso, en la Catedral de Tarragona; a las 11, y ya en la capilla de santa Tecla, también en la Catedral, tomaron parte en la Misa Jubilar que presidió Mons. Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona; al finalizar la ceremonia se desplazaron hasta el Pretorio y el
Anfiteatro; y por la tarde, después de un almuerzo en familia en las instalaciones del Seminario, se desplazaron hasta la Necrópolis y al Conjunto Funerario Monumental de Centcelles.
De Tarragona, llegaron 35 alumnos de cuarto de ESO del colegio de las Carmelitas. Su jornada jubilar incluyó la visita a la capilla de san Pau y la Mayor del Seminario; la asistencia a la proyección de un DVD del Año Jubilar; la participación en la Misa Jubilar y la visita al Anfiteatro.

UN NUEVO SÁBADO DE GRANDES PEREGRINAJES EN EL MARCO DEL AÑO JUBILAR DE SAN FRUCTUOSO

UN NUEVO SÁBADO DE GRANDES PEREGRINAJES EN EL MARCO DEL AÑO JUBILAR DE SAN FRUCTUOSO

Día a día aumenta el número de peregrinos que han recibido la gracia del Jubileo durante la celebración del Año Jubilar de san Fructuoso, obispo, y san Augurio y san Eulogio diáconos. El sábado, 18 de octubre, fueron un total de 273 peregrinos los que se acercaron hasta la ciudad de Tarragona para recoger el testimonio que, ahora hace 1750 años, dejaron Fructuoso, Augurio y Eulogio, con su martirio. Ni tan si quiera la fina lluvia que cayó durante todo el día en la ciudad de Tarragona, paró a los peregrinos. Los 273 peregrinos llegaron en 7 grupos diferentes.
De Navarra, o vinculados directamente con la Universidad de Navarra – institución donde Mons. Jaume Pujol enseñó hasta su nombramiento como arzobispo de Tarragona- vinieron 53 miembros de la asociación Alumni Navarrensis y 12 profesores de la Facultad de Teología de la misma Universidad. De Barcelona, llegaron los 55 feligreses de la parroquia de san Àngel Custodi. De Tarragona, tomaron parte 30 miembros del grupo Legión Almas Pequeñas; 50 del Movimiento Familiar Cristiano – acompañados por los Grupos de Preparación al Matrimonio, los Grupos de la Virgen María y la Asociación de Viudas-; y 20 feligreses de la parroquia de la
Argilaga. También se contó con la presencia de 20 miembros del Orden Constantiniano de san Jordi, y el consejo de su Delegación en Catalunya. Todos los grupos realizaron, con diferentes horarios, un recorrido parecido de manera que los peregrinos pudieron conocer la capilla de san Pau y la Mayor, en el Seminario;el anfiteatro, escenario, ahora hace 1750 años, del martirio que vivieron el primer obispo conocido de Tarragona, Fructuoso, y sus dos diáconos,
Augurio y Eulogio; la Necrópolis y el Conjunto Funerario Monumental de Centcelles. Aún cuando cada grupo tuvo su particular recorrido jubilar – que incluyó la visita a alguno de los lugares mencionados anteriormente- el punto de encuentro para todos ellos fue la Catedral de Tarragona. La Catedral acogió, a las 11 de la mañana, la celebración de la Misa Jubilar, que estuvo presidida por Mons. Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona, y concelebrada, conjuntamente, con Mosén Miquel Barbarà, vicario general del arzobispado de Tarragona; Mosén Norbert Miracle, delegado de Enseñanza del arzobispado; y contó con la presencia de los rectores de las parroquias que realizaban, el sábado, el peregrinaje.

UNA JORNADA JUBILAR DIOCESANA PARA EL RECUERDO

UNA JORNADA JUBILAR DIOCESANA PARA EL RECUERDO

«Cerca de dos mil personas asistieron a un acto emotivo y memorable». Así se podría resumir, en pocas palabras, lo que se vivió en la seo tarraconense el domingo 26 de octubre con motivo de la Jornada jubilar diocesana, uno de los momentos culminantes del Año Jubilar con motivo del 1750 aniversario del martirio de San Fructuoso, obispo de Tarragona, y San Augurio y San Eulogio, diáconos.

Fue una ocasión casi irrepetible y sin precedentes donde se rindió homenaje a los santos y beatos que son venerados en las 200 parroquias de nuestra Archidiócesis. Homenaje que se materializó en la presencia de 61 relicarios, 13 cuadros, 4 imágenes, dos banderas, una foto, un mural y una cruz.

La práctica totalidad de todos los presbíteros y diáconos de la Archidiócesis se hicieron presentes en una ceremonia que presidió el Señor Arzobispo y en la que participaron casi 2.000 fieles, entre ls que se encontraban también los peregrinos del Arciprestazgo del Anoia (muchos “foulards” azules) y otros a título individual (mucho pañuelo rojo), quienes se sumaron a la celebración diocesana.

La memoria de los santos y beatos

El canto de la asamblea lo sostuvo el coro y orquesta de los Amigos de la Catedral, dirigidos por Mn. Miquel Barbarà, con el refuerzo de corales y cantores de las parroquias de Santa María de Vila-rodona, de Sant Pere de Riudecols, de Sant Pere de Cambrils, de Sant Pau de Tarragona y de Santa Maria de Guimerà. En el ofertorio, estrenaron el «Himno a San Fructuoso», con letra y música de Mn. Joan Águila y orquestación de Mn. Miquel Barbarà.

El acto comenzó con una procesión —que se organizó en el claustro de la seo— con todos los trofeos y símbolos de aquellos que fueron testigos de la fe y que son para los fieles del siglo XXI ayuda y ejemplo de fidelidad a Cristo . La procesión la encabezaban doce jóvenes, vestidos de blanco, portadores de palmas, simbolizando la muchedumbre de gente de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, salvadas por la sangre del Cordero (Ap 7,9-17). Cuatro jóvenes portadores de antorchas simbolizaban a los evangelistas, los cuatro vivientes que rodean a la Palabra (Ap 4,7-8). Después, venía la cruz que -como dijo el lector-hoy «es preciosa más que ninguna; tallada en madera por las manos de Mn. Jeroni Fàbregas, vicario de Vilabella, durante el tiempo de persecución, quien pereciera en Enero del 1939, dando testimonio de Jesucristo «. A continuación marchaba el icono de Santa María, Reina de todos los Santos, «que preside la peregrinación de Dios y asunta al cielo, resplandeciente como un faro de esperanza», a la que seguían «el memorial de nuestros santos y santas, de nuestros bienaventurados y bienaventuradas, hermanos nuestros, intercesores nuestros de toda nuestra geografía eclesial «.

Alternando con el canto de la letanía de los santos, que dirigía el Sr. Jordi Guàrdia, el lector —Mn. Joaquín Gras, delegado diocesano de las Causas de los Santos— iba explicando, uno a uno, de quien era la reliquia o símbolo que era mostrado en triunfo por su portante y dónde era invocado, a menudo en más de una parroquia.

Los relicarios, cuadros, imágenes y otros símbolos eran agrupados por su pertenencia al Santoral de la Iglesia universal y según los órdenes de los Santos apóstoles y evangelistas; de los Mártires; los Santos Pastores; de las Vírgenes; y de los Confesores, y también por los del Santoral propio de la Iglesia de Tarragona, conjuntados por las mismas órdenes.

A medida que los trofeos de santidad eran presentados a la asamblea, los relicarios eran depositados al pie del altar y los cuadros y los demás símbolos fueron ubicados en un lugar preferente, a la izquierda del presbiterio. Los portadores tenían asiento reservado al pie del retablo mayor, lo que hizo variar la habitual colocación del coro y de la orquesta, los cuales, en esta ocasión, se situaron en el crucero, ante la puerta de la capilla del Santísimo Sacramento.

La eucaristía

Terminada la letanía, después de que el Señor Arzobispo incensara el altar y se cantara el Gloria, la celebración eucarística siguió como es habitual.

En su homilía, Mons. Jaume Pujol, flanqueado por Mn. Francesc Gallart, decano del Capítulo de la Catedral, y por Mn. Joan Anton Cedó, vicario episcopal de Tarragona, comenzó diciendo que «de todas las celebraciones del año jubilar ésta de hoy será entrañable y memorable. Venimos de la playa y del mar, de todos los arciprestazgos de esta Archidiócesis. Y estamos en la Catedral Primada, que es como la casa solariega, como la casa de todos. Hemos venido para celebrar la memoria de los siervos de Dios. La gran entrada, con las reliquias y las evocaciones de nuestros santos, ha sido impresionante y solemne. Somos pueblo de Dios que avanza. Otros han hecho el camino, antes que nosotros, y otros, por la misericordia de Dios, vendrán detrás nuestro. »

Más adelante dijo que «es así que hoy celebramos la fiesta de todos los Santos de la Iglesia de Tarragona. El poeta latino Prudencio en un bello verso dice que “la Iglesia de Tarragona es Madre de santos”. Con la evocación de tantos nombres a través de la historia queda patente como la gracia de Cristo es eficaz y es capaz de transformar el corazón de hombres y mujeres en cada tiempo y hacerlos hijos e hijas de Dios, que han dado con su vida admirable testimonio del evangelio, llegando algunos hasta el derramamiento de su sangre. De hecho, han vivido el mandamiento del amor: «Amarás al Señor tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todo el pensamiento»!”, para añadir luego que «La historia de la santidad de nuestra iglesia, es una historia de amor. »

El Señor Arzobispo indicó también que «La santidad de los fieles de la Iglesia de Tarragona tiene un primer referente en el martirio de San Fructuoso y de sus diáconos. La memoria de su martirio este año está llena de la gracia del Año Jubilar. Un primer referente, he dicho, pues la santidad cristiana ha dado fruto martirial hasta nuestros días.» Igualmente, en otro momento de su intervención, hizo esta reflexión: «Los santos mártires, a través de las Actas de su martirio, vienen a nosotros predicando la Palabra de Dios, y nos dicen: Animáos, haced memoria del Espíritu que habéis recibido y sed testigos alegres de la Resurrección del Cristo. ¡No podemos permanecer postrados, como añorando vete a saber qué! ¡Tenemos que levantarnos con la ayuda de la gracia y vivir la fe con renovada fuerza! » Y, acto seguido, se hizo esta pregunta:» ¿Qué quiere decir esto?. Que tenemos que vencer la tentación del desánimo y, en cambio, nos debemos dejar llevar por todo aquello que el Espíritu de Dios inspira, por este Espíritu que crea siempre vida nueva, que engendra savia nueva en la Iglesia, y le dice: «¡Libérate! ¡Déjate llevar por mí».

Después, señalando el gran número de relicarios que había al pie del altar, Mons. Pujol dijo: «Tenemos hoy aquí alrededor del altar reliquias, banderas, cuadros … Hemos nombrado a todos nuestros santos y beatos venerados en nuestra Archidiócesis. Pero estos nombres sólo son unos pocos y no tienen proporción con la multitud inmensa de hombres y mujeres de nuestra diócesis que el Señor ha glorificado. Son nuestros padres y familiares que se han dormido en el Señor y que viven en el Reino. Son tantos cristianos, bautizados en nuestras parroquias, que en este mundo han amado a Dios sobre todas las cosas y han intentado amar a los hermanos. Y así lo han enseñado a sus hijos. La memoria de los cuales va borrando la historia, pero que no son olvidados por Dios, que les ha glorificado. »
El Señor Arzobispo terminó su homilía pidiendo que los santos «intercedan siempre por nosotros. Y que nosotros busquemos en todo ser santos. Dejemos que el Espíritu Santo nos santifique. Regresad a casa con el corazón renovado y con la voluntad de seguir al Cristo. Nadie es santo sólo para si mismo, es necesario que nos dejemos santificar por el Espíritu. Los sacramentos son la fuente de la santidad. Los santos son la flor y el fruto de la Pascua, seámoslo también nosotros.

Una celebración muy emotiva

Después, la celebración siguió con unas conmovedoras sensaciones de devoción y de emoción que la hicieron singularmente participada por una multitud que pocos esperaban fuera tan numerosa. La alegría se palpaba en el ambiente y los cantos se elevaban, vibrantes y llenos de gozo.

Acabada la ceremonia el Señor Arzobispo saludó personalmente —ya lo había hecho en su homilía— al grupo de peregrinos del Arciprestazgo del Anoia y también a los portadores y a los fieles que habían venido de diversos lugares de la Archidiócesis para acompañar a los recuerdos de sus santos.

Pensando en la pequeña historia

A modo de curiosidad y para la pequeña historia, podemos indicar que se venerar las reliquias de los santos Juan Bautista (de la parroquia de Rodonyà), Andrés (La Selva del Camp), Santiago (Figuerola del Camp y Belianes), Bartolomé ( Montferri y Albinyana), Matías (Montblanc), Marcos (Maspujols), Magdalena (Bonastre), Esteban (Vila-seca), Lorenzo (Llorenç del Penedès y Vila-rodona), Sebastián (Guimerà, el Vilosell y los Omellons), Gaudioso (La Pobla de Cérvoles), Concordia (Nalec), Feliu (Constantí), Cosme y Damián (Vallbona de les Monges), Bonifacio (Vinaixa), Nicasio (El Catllar), Lucía (Arbeca), Bárbara (Vallfogona de Riucorb), Margarita (La Riera de Gaià), Úrsula (Valls), Urcisina (Enseñanza), Cándida (Falset), Victoria (Sant Martí de Maldà), Coloma (Santa Coloma de Queralt), Maria Goretti (Vimbodí), Martín de Tours (Vilaverd ), Antonio Abad (Les Borges del Camp), Francisco de Asís (Tarragona), Antonio de Padua (Altafulla), Roque (Vilabella), Ramón de Peñafort (Masllorenç), Vicente de Paúl (Reus), Aníbal Di Francia (Loreto ), Josemaría Escrivá (Prelatura), Rosalía (Torredembarra), Catalina de Siena (Dominicas), Juana de Lestonac (Enseñanza), Tecla (Catedral), Fructuoso (Catedral), Pedro Armengol (La Guardia dels Prats), Próspero (Catedral) , Bernardo Calbó (Santes Creus), Antonio M. Claret (Claretianos), Enrique de Ossó (Teresianas), Joaquina de Vedruna (Vedruna), y Maria Rosa Molas (Consolación de Reus).

Igualmente fueron llevados a la sede tarraconense los relicarios de los beatos Tomás Capdevila (Maldà), Antonio Perulles (Cornudella), María Calaf (Bonastre), M. Josefa del Río (Vedruna), Rosa Rull (Falset), Buenaventura Gran (Riudoms), Francesc Palau (Carmelitas Misioneras), y Manuel Domingo Sol (Operarios Parroquial).

Los cuadros representaban los santos Lorenzo (La Pobla de Montornès), Pablo (Tarragona), y Fructuoso (Lilla) y los beatos Josep M. Badia (Puigpelat), Alfons Sorribes (Rocafort de Vallbona), Eusebi Forcades (Reus), Antoni Llauradó (Reus), Josep M. Vidal (La Secuita), Antoni M. de Jesús (L´Albi), Andrés Corsini (El Vendrell), Francesc Magí (Mont-roig del Camp), Esperanza de la Cruz (Vila-rodona), Maria del Refugio (Vila-Rodona).
Las imágenes fueron la de la Virgen y los santos José, Miguel Arcángel y Pedro. Por lo que hace con su fotografía se recordó así el beato Pau Bori (El Vilet), mientras la bandera simbolizaba las parroquias de Santa María de Cabra del Camp y de San Juan Bautista de Tarragona. Un mural hizo memoria de la figura del beato Gabriel de la Anunciació (Pla de Santa Maria).